Emprendimiento Maker

Cuando hablamos de todo el sector de impacto, un alto reto que tenemos todas las organizaciones que queremos cambiar el mundo, es el de unirnos por una misma causa, para tejer y fortalecer los ecosistemas. Este es el triunfo de un lugar como Silicon Valley. El competir y colaborar al mismo tiempo. Más allá de los grandes nombres, en el sector tecnológico de California existe un capital social tan alto que cada individuo, organización y movimiento se apalanca y al tiempo contribuye a la construcción de tecnologías. Que lección tan grande la que debemos incorporar. Pues suena más simple de lo que parece. Y acá en Colombia si queremos construir un país mejor en una época de post acuerdo, cada actor debe apalancarse de su sector pero de igual manera debe devolver y construir.


Pues este es el esfuerzo que hemos venido tejiendo entre dos organizaciones hermanas Quántica y Un Cuarto Tech. Fundamos Quántica hace un poco más de dos años como una escuela de emprendimiento social que hace uso de educación disruptiva y experiencial para entrenar a los agentes de cambio que Colombia necesita. Y cuando nos lanzamos a este reto, nos dimos cuenta que precisamente si queríamos lograr ese objetivo no lo íbamos a lograr solos. Hay que ver más allá de nuestro nombres como fundadores y como organización para ver los objetivos que tenemos en común como colombianos y como humanidad. Lanzamos un programa que se llama el Laboratorio de Impacto que en tres meses lleva a nuestros
participantes de una idea a la realización de un proyecto de impacto al alcanzar sus primeras ventas. Pero queríamos trabajar el concepto de escuela itinerante, es decir, un espacio pedagógico integrado en la ciudad, no aislado de ella. Así que nos fuimos a buscar espacios donde nuestros participantes pudiesen estimular, trabajar, tejer y desarrollar sus proyectos. Así pues nos encontramos con Un Cuarto Tech. Nos conectó su filosofía del aprender haciendo y vimos una oportunidad muy buena en el espacio físico. Así que nos decidimos por realizar dos de nuestras sesiones del programa de tres meses en este espacio. Y para nuestra sorpresa nos encontramos con mucho más que un espacio. Nos encontramos con una organización hermana en propósito y sueños con la que podíamos tejer cambio. El hilo conductor del Laboratorio de Impacto se teje desde la experimentación y el lanzamiento de prototipos ágiles que le enseñen al emprendedor sobre sus usuarios, sobre su mercado y sobre sí mismo. Y Un Cuarto Tech juega un papel fundamental en este viaje. Primero, con la exposición de Ana – fundadora – sobre el desarrollo del movimiento maker y la creación de Un Cuarto Tech, nuestros participantes tienen la oportunidad de retar sus paradigmas internos y empiezan a deconstruir conceptos limitantes sobre el lanzamiento de un proyecto. Ana, nos cuenta sobre el movimiento maker que invita a cualquier persona, de cualquier profesión y de cualquier edad a jugar con sus manos y pensar con el corazón. Democratiza el acceso a la tecnología a través de los juegos y de un espíritu aventurero y creativo. ¿Quiere crear algo? ¿No se siente creativo? Esos son sus propios límites, inventados y dibujados por su propia mente. Pues la creatividad es un músculo que se trabaja y si quiere encontrar un gimnasio para este trabajo creativo, Un Cuarto Tech es el lugar. Con la charla de Ana, se obtiene su sesión de calentamiento. Arrancamos pues con el uso de pensamiento divergente y convergente para crear y tangibilizar sueños en objetos y proyectos. Ahora bien, la charla estimula y nos abre un nuevo mundo a todo este movimiento y espacio. Luego viene la parte experiencial, la parte real y sustantiva. En una de nuestras primeras sesiones, Ana y Grecya – diseñadora y parte del equipo de Un Cuarto Tech – facilitaron el espacio con una actividad de ideación. Estábamos buscando generar ideas a problemáticas sociales y ambientales y en la actividad hicimos uso del pensamiento divergente para estimular ideas. El equipo de Un Cuarto Tech facilitó la actividad en donde los lanzamos a pensar en ideas locas, malas, pésimas sobre cómo solucionar estos retos. Pareciera contradictorio y poco productivo ¿cierto? Pero una vez teníamos todas las ideas reunidas les dimos la vuelta para encontrar oportunidades y ¡salieron propuestas de mucho potencial de acción! Lo que más me fascinó de la experiencia fue ver cómo Ana y Grecya vivían los valores que profesaban. Tomaban los objetos del espacio y jugaban con ellos. Eran estimuladores de ideas y sus niñas interiores estaban jugando, en su máxima expresión con todo su talento creativo. Después de esas sesiones, y a medida avanzaba el Lab me di cuenta que en otros espacios, conseguimos resultados muy buenos de trabajo con nuestros equipos, pero la energía del grupo del Lab en Un Cuarto Tech fue una energía particular, otorgada por el espacio y el equipo. Y ahí me di cuenta que la experiencia con ellos es integral. No es solo el espacio, no es solo el equipo. Es un todo, es una aproximación holística al aprender haciendo. Y así pues Un Cuarto Tech es para nosotros un actor muy importante en todo el mundo del impacto y vamos como organizaciones hermanas en el camino de construir un ecosistema fuerte, saludable y transformador, intentando crear un impacto que sea mayor que lo que solos podríamos lograr. Poniendo en práctica el verdadero significado de la colaboración.

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